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  • Foto del escritorAlin Gonzalez

El amor no se crea ni se destruye, solo se transforma

Por Alin González

IG @alingomx



Ilustración por Emilio Bricio


Hace poco mas de 15 años conocí al papá de mi primer hijo, fuimos novios 4 meses y nos casamos, siempre corriendo, así las cosas conmigo, evidentemente eso no resulto como se esperaba, así que terminamos divorciándonos al poco tiempo. Tuvimos un hijo maravilloso, pero las consecuencias de jugar a la casita tan pronto fue dura, el embarazo fue de alto riesgo, gemelar, desgraciadamente perdimos a un bebito, no fue nada fácil lidiar con ese duelo, y nuestro bebé nació de muy bajo peso (1kg 380 grs) al cual estuvimos visitando en terapia intermedia del Hospital de Perinatología durante 21 largos y pesados días, fue duro para los dos, inmaduros, llenos de miedo y con los sueños rotos. Al poco tiempo de que nuestro bebé llegara a casa, estábamos ya tan rotos que no pudimos el y yo como pareja volver a tener esa chispa que nos había unido, la muerte de nuestro bebé fue mas fuerte, el duelo mal manejado y la atención que el bebé que estaba en casa necesitaba nos absorbió y acabó por separarnos. Como pareja no dimos para mas.

Pasé unos años soltera hasta que comencé una relación con el papá de mi segundo hijo,  esta vez tenía las mejores intenciones de hacer que las cosas funcionaran, , hice todo paso por paso, vivir juntos primero, conocernos, ser novios, luego casarnos y después formar una familia, el aceptaba a mi hijo mayor como suyo, lo quería y lo cuidaba como su papá, siempre hizo equipo conmigo en ese aspecto, todo iba increíble, hasta que un día cuando yo tenia 5 meses de embarazo, algo muy fuerte sucedió, por errores laborales que prefiero no mencionar porque salen sobrando, lo llevaron detenido y ahí todo cambió y ese matrimonio también se fracturó, tres años después de ese incidente perdí mi casa por muchas deudas, y con una historia de excesos por parte de los dos, la historia llegó a su fin.


Efectivamente , las separaciones no fueron nada agradables,  todos sacamos nuestras peores partes, aquí no hay ni buenos ni malos, hoy logro ver que las circunstancias de cada uno nos hizo aterrizar en estos fracasos amorosos tan fuertes que desintegramos nuestras familias, hay algo que nos une para siempre y es algo que jamás  va a cambiar : Nuestros hijos, dos niños maravillosos que fueron traídos a este mundo con mucho amor y con mucha ilusión y que no tienen por que vivir los dramas de unos adultos que no pudieron con sus asuntos, pues no tienen absolutamente nada que ver.


El día de hoy entre ellos se llevan perfecto,y cuando nos juntamos los 5 a comer o a festejar el cumpleaños de alguno de los niños, la pasamos bien, somos cordiales, reímos mucho y mis hijos están en un ambiente totalmente sano.

Cada uno nos hacemos responsables de la parte que nos toca y no solo a dinero me refiero, si no a que estamos en constante comunicación cuando existe alguna dificultad y hoy se que a pesar de estar divorciados y cada quien tener vidas diferentes, cuento con ellos y ellos conmigo.


Hoy cada quien tiene parejas nuevas, las cuales, han entendido bien esta dinámica pues no pretendo por ninguna circunstancia generar un ambiente hostil en esta relación que nos ha costado mucho mantener.

¿Discuto con ellos? ¡Claro! Aunque siempre sobre el entendido de que podemos estar en desacuerdo pero ya no en desamor.

He aprendido que el amor puede mutar de diferentes maneras y que no necesariamente divorciarse quiere decir odiarse y vivir en guerra eterna, pues eso desgasta y acaba envenenando el alma de lo que decimos amar mas en este mundo que son nuestros hijos


Lo que me llevó a fumar la pipa de la paz con ellos fueron las siguientes conclusiones :

  • 1: Yo los elegí, nadie me los impuso, así que al momento de que hablo mal de ellos, hablo mal de mi. Es automático e inevitable.

  • 2: Alguna vez en terapia me dijeron que al momento de generar odio por los padres de mis hijos, generaba odio inconsciente por el 50% de lo que están formados mi hijos, eso me dolió pero me hizo total sentido, no los hice sola.

  • 3: ¿En serio Alin, quieres vivir así el resto de tu vida? Mis hijos van a ser sus hijos y eso nunca va a cambiar, así que elegí llevar la fiesta en paz.

¿Confundo a los niños?

Mantener un ambiente sano de respeto y de amistad con quien alguna vez fui feliz no genera confusión, genera, en mi experiencia, niños felices, que saben que entre sus padres hay mucha buena onda, y que están cobijados por una red de cariño en la que pueden confiar.


Han pasado por procesos de terapia como yo y como sus padres, porque hemos hecho equipo en este aspecto, pues hemos vivido cada uno los beneficios de vivir así, sin guerra, sin resentimiento y creando una familia bien extensa al final del día.


Creo firmemente en que con amor todo se puede,  que es mejor venir de un hogar roto que vivir en uno, creo también que si las cosas no funcionan en un área no por eso se debe descartar el vivir en paz y en armonía, que habrá días buenos y malos, que seguirán las discusiones y los juicios entre nosotros porque al final del día , como seres humanos tratando de ser nuestra mejor versión todos los días y seguramente vamos a fallar, pero eso no nos obliga a vivir mal.



Espero que si alguien está pasando por una separación, recuerde que hubo amor, y que seguramente aun lo hay, que el odio no va a dejarte nada positivo y que es mejor trabajar en equipo para dejarle mejores niños a nuestro México, pues las familias, sea como sea que estén formadas, son el origen de seres humanos respetuosos, amorosos y tolerantes.


Con Amor

Alin

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